lunes, 2 de septiembre de 2013

Primer día de batalla

Dejado atrás el fin de semana nos hemos puesto manos a la obra con la vuelta a la guardería y otros menesteres.

He puesto el despertador a las seis y media de la mañana en fase de prueba y hemos llegado a las nueve a la guardería, en rigor debería llegar sobre las ocho u ocho y media. Tomo nota y mañana pongo el despertador media hora antes. 

El mayor pese a resistirse un poco, muy poco, se ha ido con su profe para reencontrarse con sus amigos que le han hecho una fiestecita de bienvenida. Para el pequeño ha sido otra cosa, no quería irse de ninguna manera con su cuidadora y bueno, por lo que me han contado lo han dejado un rato con el mayor y ya se ha sentido más a gusto. Los he recogido antes de lo habitual y aunque el pequeño se le veía algo mosca conmigo por el abandono (¡mala marrrre!), me lo ha perdonado rápido y hemos celebrado nuestro reencuentro con unos poquitos de smarties.

Del padre no hemos sabido nada desde nuestra llegada hasta que ha dado señales de vida esta tarde diciendo que quería hablar con ellos por Skype, creo que no hace falta que recuerde lo que esto supone. El mayor me ha dicho que no quiere volver a hablar nunca más con su padre, supongo que, justificadamente, está molesto con su padre por toda esta pantomima que se gasta. Estando a cinco minutos de casa como está, querer hablar por Skype nos ha parecido a todos un chiste.

Por la tarde esto era la revolución y el pequeño después de otro cambio más se me resiste a hacer sus necesidades en el orinal. La experiencia me dice que con un poco de paciencia se volverá a estabilizar en cuanto recuperemos la rutina y cierta continuidad.

Por mi parte me he estado poniendo al día con el correo y contactando todos esos acreedores molestos por los impagos. Mi teléfono móvil cortado, el teléfono fijo de casa cortado y un largo etcétera. Las sorpresas amargas no se han hecho esperar, pero lo positivo de todo pese a las decepciones es sentir que estoy tomando el control y que a la vuelta de unos meses estará todo estabilizado y pagado. 

Sigo agotada físicamente pero me iré recuperando en cuanto todo vaya tomando forma, ahora hay que echar los restos para luego recoger los resultados. Me lo repito constantemente.

Como dice mi madre, "Hija la vida es corta y una, mientras tengas a esos niños a tu lado, tienes la suerte de tu parte". Me quedo con esto.

2 comentarios:

  1. Cuánta razón tienen las madres... Debemos hacer caso y aprender de su sabiduría. Mil besos!!!

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  2. Las madres vamos acumulando experiencias y de ahí es de donde se saca esa sabiduría. Ya dicen que más sabe el diablo por viejo que por diablo! Pues yo no sé si soy una diabla pero como éste me siga "animando" antes de firmar el acuerdo de separación me han salido cuernos, bueno no, espera, que de eso ya tengo... al lío, que si la experiencia es un grado, ser más deben de ser dos!

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