sábado, 21 de septiembre de 2013

Informe Semanal

Ya sabía que la semana iba a ser dura pero aún y cuando me preparo, sigue habiendo cosas que hacen que me vea superada. 

El lunes, se presenta el señor aporreando el timbre y mandando mensajes diciendo que sabe que estoy en casa y que le dé su router. No son pocos los que me decían dáselo y ya, pero es que resulta que ese día y con esas maneras me di cuenta de que no puedo someterme a sus "peticiones" sistemáticamente a cambio de la paz. El precio es demasiado alto y no va a hacer que su actitud cese, todo lo contrario. Sometiéndome a todo lo que pide sin rechistar por no discutir o exponer a mis hijos, alimento a la bestia y cada vez se siente con más fuerza para exigirme sin reparos.

Necesité ayuda, necesité que fueran a buscar a los niños a la guarde porque él estaba en la puerta esperando a que saliera, no para agredirme, pero sabiendo que tenía que salir, esperaba, imagino, presionarme hasta que le dejara entrar a por su maldito router. Que dicho sea de paso, ya que migraba su contrato a casa de su novia, al menos que me hubiese tratado con dignidad y no me corte los servicios con mala baba o si es así, acepta que vas a tener tu router cuando a mí me de la gana. A los tres días me lo volvió a pedir y se lo llevó. Fin de la historia (de ésta).

El martes llegaba una amiga a casa, se instala en la ciudad unos meses. Estuvimos para arriba y para abajo, y todo añadido a mi ritmo habitual. Lo sabía, lo predije pero no es nada que no haya hecho con gusto.

El miércoles me llamó una amiga porque una conocida tenía un puesto de trabajo disponible y conseguí una entrevista. Fue decepcionante aunque lo peor fue tener que rechazarla, ¡por Dios! con mi situación, rechazar una oferta de trabajo. La oferta consistía en 30 horas semanales, pagadas a unos 3,5€ la hora y 5€ la hora extra. Incluía trabajar sábados también y teniendo en cuenta que mi babysitter cobra 10€ la hora, por su trabajo durante los cuatro sábados del mes tendría que entregarle todo mi salario. No tenía sentido.

El viernes después de llamadas y mensajes conseguí una babysitter y después de mucho tiempo salí a divertirme y a reírme con un par de amigas, me vino tan bien, que hoy lo vamos a repetir. ¡Hay que aprovechar!

Hoy he tenido un encontronazo con una señora en el tranvía y la señora ha pagado todo el estrés que no siempre consigo canalizar de forma saludable. No es que no se lo mereciera, pero yo no me siento orgullosa de mi actuación. 

Ir en el tranvía con dos niños tan pequeños implica en ocasiones que griten, que se quieran poner de pie en el asiento o cosas por el estilo. Normalmente y pese, en ocasiones, a algunas miradas desaprobadoras, lo solemos conseguir sin percances, pero la señora de hoy ha entrado a matar. Me ha dicho que consideraba inaceptable que los niños pusiesen los pies en el asiento y dicho así, parece que yo miraba desde la otra punta del vagón como mis hijos saltaban descaradamente encima del asiento. No, yo estaba de pie, a su vera, pidiéndoles que se sentaran bien, que no pusiesen los pies encima del asiento, que no gritasen pero ella obviamente no me entendía. Dio igual, insistió y la miré con mala cara, a lo que de repente cogió y les habló directamente a mis hijos diciéndoles que eso los alemanes no lo hacen que eso sólo lo hacen los españoles. No fue que hiriera mi sentir patrio, ni tampoco fue su insistencia, imagino que debía ser una persona triste y con alto grado de frustración que no encontraba forma de canalizarlo si no era de esta manera. Lo que realmente hizo que empezara a echar fuego por la boca, que le pidiese que se bajase del tren si tenía problemas y que le dijera de todo en mi idioma materno, fue que se dirigiera a dos niños pequeños, que los intimidara, que utilizase esa forma de expresar su indignación. Me oyó en el tren y cuando bajamos le pegué una voz con algo que la dejaba en evidencia delante de toda la parada. 

Insisto, no me siento orgullosa, no lo volvería a hacer, fue todo fruto de mi nivel de estrés.

Y finalizada otra semana, me siento satisfecha pero aún no he cumplido el objetivo principal de encontrar un trabajo. Espero tener noticias esperanzadoras la semana que viene, mi tiempo se acaba.






1 comentario:

  1. Ánimo!! Ese trabajo va a llegar. No te dejes pisotear, sigue en tu línea. Besos!

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