miércoles, 31 de julio de 2013

No puedo evitarlo

No puedo evitar sentir frustración cuando veo en qué ha quedado mi sueño de envejecer junto a mi príncipe azul, ése con el que proyecté mis sueños y con el que aún me quedaban tantos por llevar a cabo.

No puedo evitar sentir que he hecho algo mal cuando veo tantas y tantas familias felices que están juntas e insisto, felices.

No puedo evitar sentirme mal cuando mis hijos, haciendo uso de su derecho a ser niños, hacen gamberradas y yo les grito o les digo tonterías.

No puedo evitar llorar cuando buscando por algún cajón de la casa me topo con una de esas felicitaciones navideñas tan bonitas que veníamos haciendo cada año en los que salíamos los cuatro sonrientes y felices, porque lo éramos. 

No puedo evitar venirme abajo cuando me tiemblan las piernas pensando en la que me espera al volver a casa.

Y no puedo evitar sentirme impotente cuando veo dudas razonables de no ser capaz de sacar a mis hijos adelante yo sola.

No puedo evitarlo... 

3 comentarios:

  1. Ánimo! yo creo que vas a ser capaz de todo, lo único que necesitas es tiempo y las sonrisas de tus hijos. Un besote!

    ResponderEliminar
  2. Ahí estamos, en la lucha ¡Espartaaaaaaaanos! Pues yo vengo a ser en estos momentos una de esas espartanas, señora de Leonidas me podéis llamar. Ay, ¡que me pierdo! Y sí, tienes razón, tiempo, paciencia y mis hijos al lado que me dan fuerzas para esto y más!

    ResponderEliminar