viernes, 9 de agosto de 2013

A cuatro días...

Finalmente sí viene.

Supongo que mi preocupación por cómo estarán los niños con él durante su estancia después de pasarme dos meses y medio pegada a ellos día y noche me produce un nerviosismo y una ansiedad que me hacen parecer algo desquiciada. 

Creo que está justificado pero también creo que debería evitarlo, no es beneficioso para nadie, especialmente para mí.

Le he escrito pidiéndole algunas cosas concretas antes de poder llevarse a los niños "unas horas" cada día durante su visita. La primera y fundamental, qué tiene pensado hacer con los niños esos días y de qué dispone para atenderlos. Si viene en coche y de ser así, si dispone de sillas para el coche, ropa, pañales aunque le dije que le daría a los niños con sus cosas básicas en las mochilas. No importa porque igual que en el Mail anterior está ignorando mis cuestiones. 

Sigamos, mi segunda y tercera cuestión son que me diga dónde va a estar y con quién. Ya le he aclarado ante todo que su vida me importa un pimiento pero en la medida en la que expone a mis hijos a su vida, sí que quiero saber lo que hace para no repetir errores del pasado que sangré, sudor y lágrimas me ha costado subsanar (o al menos en parte).

Hoy, a escasos días de su llegada, le he dado un ultimátum, si no atiendes mis peticiones, me atendré a lo acordado previo a nuestro viaje y podrás ver a los niños a nuestra vuelta a Alemania.

Estoy intentando poner límites en todo este desorden de vidas que paseamos y hacerme respetar.

De momento no lo consigo. Poco a poco. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario