jueves, 22 de agosto de 2013

Día 9


Hoy los recogía a la salida de la escuela de verano y el padre ha sido puntual, tanto que cuando he llegado ya estaba allí con mi hijo. Él no lo puede sacar porque no está autorizado pero ya estaba allí. Las educadoras me han preguntado si vendría el viernes y mi respuesta a falta de más información ha sido que sí, a lo que él se ha apresurado a decir que -como tenía que dejar el piso y resulta que...- le he interrumpido en seco y le he preguntado, ¿te vas a llevar a los niños?, Sí, ha contestado y se lo he confirmado a las profesoras de David. ¿Sería tan difícil poder tener las cosas algo organizadas y planificadas? 

Los niños volvían a no querer irse con él y me he pasado veinte santos minutos convenciéndolos y no sé por qué lo hago sinceramente, supongo que porque ahora me siento vulnerable, nada respaldada, no hay acuerdo alguno y la ley en sí no me da mucho margen a tomar decisiones unilaterales aunque sean en pro del beneficio de mis hijos. Debo entregarle a los niños caiga quien caiga. ¡Fantástico!

He pasado una tarde maravillosa con unos amigos maravillosos en un entorno maravilloso. Puedo sentirme agradecida porque tratando con ellos todos estos temas he llegado a conclusiones muy interesantes y estoy trabajando mucho mi autoestima y mi yo para reforzarme y salir adelante airosa. Hoy ha sido una tarde muy productiva, además eso me ha llevado a estar de buen humor y de estar entregada a mis hijos cuando han llegado. Se han portado muy bien y se han dormido cuando he dicho sin oponer demasiada resistencia. Les adoro, aunque a veces sienta que me las hacen pasar canutas. Sólo por estas sensaciones como las de hoz, merece la pena todo lo demás.

¡Arriba Inés! ;)

No hay comentarios:

Publicar un comentario