Ayer por la noche le dije al padre que a los niños se les hacia muy largo esperar tres o cuatro horas desde que se despiertan hasta que viene a recogerlos y que por eso sería buena idea que viniese una hora antes. Después de discutir y decirme que entonces los traía de vuelta una hora antes (¿uh?) me confirmó que vendría a buscarlos una hora antes por lo que entendí como aceptada la petición.
Cuando ha llegado esta mañana me ha dicho que los traería una hora antes y hemos discutido, alto y clarito y delante de mis hijos a los que lo máximo que hemos podido hacer por ellos es cerrarles las puertas del coche para que no oyesen a sus padres discutir. Bochornoso, no volverá a pasar.
Por si no fuese suficiente, después me dice que los niños se quieren quedar a dormir con él y previa consulta legal le he confirmado que mejor lo plantificábamos para otro día aunque reconozco haber pasado momentos de ansiedad al pensar que no me traería a mis pequeños.
Como final de traca los ha traído casi media hora más tarde y sin previo aviso. La disculpa era aún más patética.
He hecho que sean las grandes decepciones del día, lo peor de todo esto, lo que saque a relucir lo mejor de mí, la mejor mujer, la mejor madre, la mejor persona. Esto al menos me ha dado fuerzas para continuar la lucha.
Firmado
Mamá Leona
;)
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