viernes, 16 de agosto de 2013

Día 3

Ha llegado a recogerlos y los niños se han ido felices y contentos, lo llevaban deseando desde que se han despertado. 

Mi día ha sido algo ajetreado pero he disfrutado de unas horitas de buena compañía y buena conversación en la playa y me he vuelto a casa contenta. 

Ha traído a los niños algo más tarde pero me había avisado y todo bien. Lo malo es que vuelven muy alterados, fuera de sí, no atienden a mis indicaciones, lo que hasta ahora eran normas y reglas que cumplían sin problema ahora no sólo no lo hacen, si no que hacen todo lo contrario. Ayer el pequeño lanzó el vaso por los aires mientras comía, el mayor tiró una estantería pequeña que tiene en su cuarto y se ha dormido a regañadientes cuando eran ya pasadas las once y media de la noche. Me he tenido que enfadar con ellos y llamarles al orden más de una vez, incluso con amenaza de inminente castigo, pero nada.

Sólo me preguntan cuando va a volver papá y si va a volver pronto por lo que le he pedido al padre que por las mañanas venga una hora antes y no ha habido suerte, me ha dicho que está muy lejos y que si viene una hora antes, también los trae una hora antes.  No entiendo nada.

Voy a ver si recojo un poco este desastre de casa que han dejado en un par de horas para que al menos si me tengo que levantar en mitad de la noche, no me pegue un topetazo, que ya sería lo que me faltaba.

Queda una semana, pese a lo positivo de que los niños estén tan ilusionados con él, yo noto que no estoy recuperando muchas fuerzas aunque estoy decidida a aprovechar cada minuto y poner la mente en blanco.

Sobreviviré.

No hay comentarios:

Publicar un comentario